Santuario de Belén
Popayán

RESEÑA

Hacia la mitad del siglo xvii, los pobladores cercanos al cerro que hoy en día se llamaba Belén, conocido como el sector de Altozano, acostumbraban cada época de Navidad subir por un sinuoso camino destapado que ascendía a la cima del monte que comenzó a llamarse como los ”Quingos” que era una palabra proveniente del quechua , legado del fugaz paso del Imperio Inca por las tierras suroccidentales de Colombia. Para ese tiempo existía nada más que una sencilla choza pajiza en lo alto de la colina, donde los vecinos del sector llegaban antes de iniciar el novenario de la natividad de Cristo y hacían un modesto nacimiento también conocido como pesebre, tradición que llevó a la ciudad por acción de los franciscanos (asentados al otro lado del centro y de la calle 4).

Es aquí cuando aparece un rico mercader y artesano liberto llamado don Juan Antonio Velasco, quien habría sido un esclavo del párroco de Almaguer al sur del Cauca y que luego de haber conseguido, valiéndose de sus dotes comerciales y astucia pudo escalar puestos hasta ser una de las personas más adineradas y acaudalas de la región, eligiendo a Popayán como su residencia y centro de poder ubicándose en una opulenta casona en la Carrera 5 o calle de Las Monjas o El Empedrado.1 Contrajo después matrimonio con doña Gerónima de Velasco y Noguera forjando una unión muy fuerte y correspondida.

La pareja al notar estos actos de piedad concentrados en aquel monte oriental, resolvieron darle un lugar dicto de veneración a Jesús y su santa madre María por lo que llegado el año de 1679 se pudo adquirir la parcela 

 

donde estaba la choza y el muy ilustre señor obispo don Cristóbal Bernaldo de Quiroz les dio la licencia necesaria para levantar un templo en ese sitio, comenzando las obras en 16812 colocándose la primera piedra en 1 de septiembre de ese mismo año por el obispo, no siendo sino hasta 1689 que fue finalizada y consagrada al culto de Nuestra Señora de Belén, una hermosa imagen traída de la ciudad de Quito y hecha conforme a su escuela de arte en el siglo xvii (aquella talla aun se venera en el costado norte de la capilla) fundándose el 25 de febrero de 1687 una cofradía dedicada a su cuidado y propagación3(hoy en día se llama Junta de Nuestra Señora de Belén). Aquella iglesia tenía planta rectangular hecha en tapia pisada, ladrillo y piedra, con una espadaña de frente a Popayán y un camarín para la sagrada virgen.

La custodia y atención del nuevo templo se le fue confiada a los padres de la Orden Carmelita para cuyo fin se construyó un pequeño claustro conocido como ”Casa de Jacob” por los lugareños.

Al ser una de las iglesias más importantes y conocidas de la ciudad, desde tiempos de su fundación ha sido sede de varios desfiles religiosos concernientes a las distintas fiestas patronales como las de Nuestra Señora de Belén en diciembre o San José en marzo, pero no fue sino con la llegada de El Santo Ecce Homo que Belén comenzó a ser vinculante con la Semana Santa, ya que participaba en ella esta imagen los días Lunes Santo por ley episcopal por lo que al desaparecer la antigua procesión del Señor del Triunfo (Jesús montado en un asno), se hizo necesaria reemplazarla por otra, así que se comenzó a descender al patrono de Popayán todos los Domingos de Ramos junto con el paso de El Señor Caído, la cual desciende por los quingos para llegar a la Catedral y ahí celebrar una misa campal en el parque Caldas.

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